Desatas una revolución en mi pecho cada noche,
la magia de tus besos aún me hace cosquillas en los huesos,
antes de acostarme suelo pensar en ti
por eso entre tantas otras cosas
se que te quiero.
¿Qué es la guerra de los días
sin la paz de tu voz cuando anochece?
¿Qué es el frío sin tus carícias redentoras y oportunas?
La madrugada empieza y estoy preparado para combatirla,
las heridas que me deje ya las lamerás...
Sólo quiero reir contigo
aunque ahora me sienta como Forest Gump
queriendo correr sin parar
porque la vida es una bomba de sorpresas
y la de que me esperes en mi portal
no estalla en mi cara.
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