martes, 18 de octubre de 2011

El ruido de aquel grillo que no termina, la luz de la calle a través de mi ventana. El cosquilleo en mi espalda por sus yemas, en mi corazón por su sonrisa. Las gotas de lluvia por su pelo, las noches de ilusión por sus susurros. Tu bufanda color azul eléctrico y el olor a ti. Aquella comida que no llegamos a terminar. Esos sueños que no llegamos a cumplir, pero que cumpliremos algún día. Las noches de inspiración con el cenicero a rebosar. Los hielos derretidos, el malestar en el ambiente. Sus sueños en medio de una habitación. Su cinturón favorito tirado en mi cama. Allí donde no llega la luz de las velas,donde el reloj adquiere celos y hace pasar las horas más rápido de lo normal sin levantar sospechas. Allí, en sus jaulas con barrotes de libertad condicionada. Allí, en sus ojos.

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